El libro más robado de las bibliotecas italianas
- Juan Jesus Jiménez
- 4 feb
- 3 Min. de lectura
En el mundo de la literatura, algunos libros no solo capturan la imaginación de los lectores, sino que también despiertan una fascinación tan intensa que los lleva a cruzar la línea entre la admiración y la apropiación indebida. Este es el caso de El nombre de la rosa (Il nome della rosa), la magistral novela del escritor italiano Umberto Eco, que tiene el peculiar honor de ser uno de los libros más robados de las bibliotecas italianas. Pero, ¿qué hace que esta obra sea tan irresistible para los amantes de los libros, al punto de que algunos decidan no devolverla?

Publicada en 1980, El nombre de la rosa es una novela histórica de misterio ambientada en un monasterio medieval. La trama sigue al franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo Adso de Melk, quienes investigan una serie de muertes inexplicables en una abadía llena de secretos, intrigas y una biblioteca laberíntica. Eco, semiólogo y filósofo de renombre, tejió una narrativa compleja que combina filosofía, teología, semiótica y crítica literaria, atrayendo tanto a lectores casuales como a académicos.

La novela no solo fue un éxito comercial, vendiendo millones de copias en todo el mundo, sino que también se convirtió en un fenómeno cultural. Su adaptación al cine en 1986, protagonizada por Sean Connery, consolidó su lugar en la cultura popular. Sin embargo, su popularidad tiene un lado oscuro: es uno de los libros más robados de las bibliotecas italianas. Este hecho dice mucho sobre el poder de la obra para cautivar a sus lectores, hasta el punto de que algunos prefieren conservarla para sí mismos antes que devolverla.

¿Por qué es tan robado?
La respuesta puede estar en la naturaleza misma de la novela. El nombre de la rosa es una obra que invita a la relectura y al análisis. Cada página está cargada de simbolismo, referencias históricas y filosóficas, y misterios que requieren tiempo para ser descifrados. Para muchos, devolver el libro a la biblioteca significa perder la oportunidad de explorar sus secretos con calma. Además, la descripción de la biblioteca laberíntica en la novela, un lugar que guarda conocimientos prohibidos, podría ser una metáfora irónica de su propio destino: un libro tan valioso que algunos lectores deciden "encerrarlo" en sus hogares.

En definitiva, El nombre de la rosa es más que una novela: es un laberinto de ideas que atrapa a quienes se atreven a entrar. Y aunque algunos lectores decidan no devolverla, su legado perdura en cada página, en cada misterio y en cada rosa que, como el conocimiento, nunca deja de florecer.
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